viernes, 8 de enero de 2016

A los partidos no les salen las cuentas

Están a pleno rendimiento los sesudos teóricos de los partidos para tratar de cuadrar unas cuentas que no salen. Y no salen porque el Congreso es una Torre de Babel. Veamos, la izquierda pide pactos para gobernar. ¿Pero, quién es la izquierda en estos momentos? ¿El PSOE? No. En todo caso será un simulacro de izquierda, que no es lo mismo. Los vaivenes del neoliberal Pedro Sánchez, el mismo que donde dice digo, da marcha atrás y dice Diego, no le hacen muy creíble. Y esta falta de credibilidad se la ha ganado a pulso él solito. Todavía tenemos en la retina aquella aparición suya con una bandera rojigualda de dimensiones faraónicas, mayor aún que la que hubiera diseñado el PP. Esto ya es para hacernos pensar. Los "detalles" hay que cuidarlos, Pedro Sánchez.
Por otro lado, en la derecha, está ese dechado de virtudes que es Mariano Rajoy. ¿Cómo iba ni siquiera a imaginar este inane que llegaría un día a ser el presidente del Gobierno? Ni en sus sueños más febriles, vamos... Eso sí, se lleva de recuerdo unos cuantos epítetos que le ha regalado el pueblo: el sobresueldos, el mudito y sobre todo el que más maneja la ciudadanía, esto es, el plasma. Que un político se escude detrás de un artilugio con el que comunicarse a distancia, muy a distancia, con los medios tiene su guasa.
Y del Borbón no tenemos ni rastro. Calla, porque sabe que su futuro es incierto. A pesar de que su padre le dejo todo atado y bien atado. Como Franco a Juan Carlos. Yo me lo guiso, yo me lo como.
Y voy acabando ya, no sin antes mencionar a la clerigalla. Defensores, éstos, de la sagrada unidad de España y de sus valores patrios. 
En fin, visto lo visto, todavía nos quedan por vivir días emocionantes. Esto es como el circo: "Más difícil todavía". 

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