martes, 9 de febrero de 2016

Los cenizos




Tengo por costumbre huir de las personas que me dan "malas vibraciones", las que me eliminan mi energía positiva, las que me hacen sentir mal cuando he acabado de escucharlas. A estas personas yo las llamo los cenizos.
Agradezco que cuando hablo con alguien, ese alguien me sonría, sea abierta, no me dé "la paliza". El cenizo es persistente, quiere que pienses como piensa él. Aunque él mismo sea un zote. Por eso huyo de ellos, los evito, intento escurrirme. Pero ahí están dándote la paliza. No viendo más allá de sus narices.
Tengo un amigo, cenizo, cenizo de verdad, de los que lo llevan en su ADN, que me tiene frito con sus comentarios por whatsapp. Y los días que lo veo en persona son las peores horas del día, con mucho. El cenizo habla y habla. No escucha lo que tú le dices, o más bien, tratas de decirle. Siempre tiene la razón. Y si no se la das, ya está armada. Entonces te mirará con malos ojos. Incluso te incluirá en su lista negra.
Con un poco de suerte me libraré de tan nefasto personaje. He podido comprobar que no soy yo solo el que le huye. Varios amigos y amigas me han confirmado que sienten lo mismo que yo.
Y como alguien tenía que decirlo, aquí lo dejo escrito. A ver si se da por aludido. Como último recurso también puedo bloquearlo en el whatsapp. Que no es mala idea.
Y mañana será otro día, queridos lectores y lectoras.

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