lunes, 1 de febrero de 2016

Regreso a los orígenes


Madrugada del lunes. No tengo sueño y me refugio en mi querido blog, al que acudo siempre que quiero tener compañía. 
Se puede decir que vuelvo a mis orígenes. Escribiente nocturno fue creado para la noche, para escribir de madrugada. Como lo hago ahora. No obstante, el tiempo hizo que ampliara mi horario, mi horizonte, y por ello no es de extrañar que escriba a cualquier hora del día. Pero esta noche me recreo. Juego con el tiempo. Al igual que me gusta jugar con las palabras. Las palabras, el léxico, el vocabulario, se aprende con el devenir del tiempo. Hacen falta muchas horas de lectura y acudir siempre, siempre, al diccionario. Y por supuesto tener buena memoria, excelente retentiva. Por eso los que escribimos siempre estamos aprendiendo. A pesar de dominar el lenguaje. Es precisamente esta confianza en el idioma la que nos hace, a veces, cometer algún que otro error. Pero el amable lector que sigue a quien escribe, sabrá muy bien interpretar esos pequeños e insignificantes errores como una anécdota sin importancia. Otra cosa es que quien escriba en cualquier medio sea un zote. Es, en este caso, cuando el escritor pierde toda credibilidad. Viene esto a colación porque cuando nos relacionamos con gente iletrada durante mucho tiempo, adquirimos, sin querer, los tics negativos de ellos, y caemos en el error de usarlos nosotros también. Pero contra estos vicios lingüísticos a los que me refiero está la virtud de leer. Y por supuesto utilizar el diccionario a todo pasto.
Pero volvamos a la noche. Se  suele decir, con toda razón, que el cuerpo humano tiene un reloj biológico. Esto es, que está programado para vivir de día y dormir por la noche. Pero porque transgredamos esta ley, de cuando en cuando, no se nos va a caer el cielo encima.
Van a ser las cinco de la madrugada. Buena hora, sí, señor. Y como lectura y escritura se complementan íntimamente, me apetece leer. Leer lo que han escrito otros. Así no se me entumecerá la mete. Mi mente, mi cerebro, siempre está joven, porque lo mantengo en activo.
Si te he hecho pasar un rato agradable, querido lector, querida lectora, esa era mi intención.
Muchas gracias por estar ahí.


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