viernes, 19 de agosto de 2016

Escritos de una tarde de agosto

No quería dejar pasar la ocasión de escribir un artículo en este mes de agosto. Además llevo mucho tiempo sin publicar en este blog, lo reconozco. Hoy tengo tiempo y ganas. Algo que a veces es harto difícil de compaginar. Pero -¡ea!- aquí estoy, dispuesto a ello.
He de manifestar que el tiempo se ha aliado conmigo en esta ocasión. Después de unos días tórridos, hoy, sin embargo, hace fresco. Lo cual he agradecido encarecidamente. Tal vez sea, precisamente, el cambio de presión lo que me ha empujado a ponerme ante el teclado y escribir. De lecturas, por otra parte, voy sobrado. No hay día en que no lea al menos un periódico y también echar mano a un libro, con mi inseparable diccionario, claro está. Todo ello en formato papel. Ésto lo sabéis bien los que me leéis habitualmente. También escribo, mas esto lo dejo para mí. Escritos que quedan guardados por si alguna vez me decido a publicarlos.
Aparte de este blog tengo otro par de ellos más circulando por el ciberespacio. Me leen en más de treinta países (puedo demostrarlo por si hay algún incrédulo). 
Me lo tomo con calma. Y también con mucho orgullo y con responsabilidad. Tengo que confesar que escribo para mí. Para nadie más. Y, si además me siguen y me leen, miel sobre hojuelas.
Hoy 19 de agosto, ya va declinando el mes pero aún quedan unos deliciosos días del mismo para solazarse con ellos.
Por la ventana me llegan las risas y gritos de los críos que juguetean por las calles. No saben estas criaturas la alegría que nos supone a los que tenemos una cierta edad. Ver solamente jubilados no llena a uno en esta vida. Necesitamos la alegría vitalista de nuestros niños.
Y no he hablado hoy nada de política. Necesito desintoxicarme un poco para lo que nos espera. Tampoco, por otra parte, he mencionado nada de los Juegos Olímpicos de Río. Seguramente a la hora de la cena veré en la tele noticias de ambas cosas.
Y voy recogiendo los bártulos. Si habéis estado ociosos y me habéis leído hasta el final, os lo agradezco enormemente.