viernes, 12 de febrero de 2016

Viernes lluvioso



Hoy viernes ha llovido. Y además hemos tenido que aguantar el frío y el viento. Por eso lo mejor es refugiarse en casa, en la de uno o la de algún amigo o amiga. Sí, es cierto, hay ciertas cosas que no queda más remedio que hacerlas. Alguna compra, algún encargo, salir al obligado paseo. Ya sabéis a lo que me refiero.
Tengo que confesar que me siento con mucha fuerza. Tanto física como mental. Por lo cual, en ese aspecto, no tengo queja.
Además tengo unos compañeros y unas compañeras que me apoyan, que me valoran y que confían en mí. En eso sí que he tenido suerte, mucha suerte. Están en los cuatro costados del país pero me hacen llegar su ánimo, su complicidad y su inestimable solidaridad. No todos pueden decir lo mismo. Hago balance de quién merece la pena y quién no. Y como por sus hechos los conoceréis tienen todo mi apoyo y estima. Si necesitan algo saben dónde encontrarme.
Y en estas reflexiones voy pasando el tiempo. Tiempo bien aprovechado, todo hay que decirlo. Sigo con una media de un post al día. Generalmente dos, ya que escribo también en otro blog que tengo. Pero me anima la vida el escribir. Es decir, miel sobre hojuelas.
Y mañana, sábado. ¿Será tan fructífero como lo ha sido este viernes?
Veremos.

jueves, 11 de febrero de 2016

Saboreando la vida




A estas horas de la noche hago memoria de cómo me ha ido el día. No ha estado mal, creo que nada mal. Claro que es una sensación subjetiva. Depende de lo que cada uno entienda lo que es pasarlo bien o mal. Pero yo me entiendo. He vivido, he sentido que la vida y yo hemos ido de la mano. Por lo tanto no han sido unas horas perdidas, un día perdido. Al contrario, estoy satisfecho conmigo mismo. Es más, estoy en paz conmigo mismo.
¿Se le puede pedir más a la vida? Yo diría que no. Rotundamente no.
Lo que sí que he aprehendido es que el estado de felicidad no dura siempre. Mañana, ¿qué me deparará el día? A todo esto, mañana es viernes. Y creo sinceramente que los días malos si son viernes, son menos malos. Eso lo tengo comprobado.
Además hoy me he llegado hasta la biblioteca pública donde resido ahora. Atendido por una joven y atenta bibliotecaria.
He paseado saludando a las personas que conozco. Y también a algunas a las que no conozco. Siempre tengo a alguien con quien hablar o intercambiar unas palabras, por lo general amables.
El sueño, a estas horas comienza a rondarme. Todavía permaneceré unas horas de vigilia. Tengo que rematar este magnífico día. Que no me lo amargue nadie a última hora. Que con estas cosas nunca se sabe.
En fin, queridos lectores y lectoras, aquí os dejo este escrito para que paséis un rato agradable. Esa era, al menos, mi intención.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Titiriteros, libertad de expresión



Hoy miércoles, tras cinco días de permanecer en prisión, por fin han salido en libertad los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo. Ya sabemos que a las "buenas gentes" de la derechona todo lo que sea popular lo desprecian. Como si lo aborrecieran. Que de hecho lo aborrecen.
Al  ayuntamiento de Madrid, presidido por Manuela Carmena, le pareció bien animar a los ciudadanos de la villa con un acto lúdico. Pero hete aquí que la caverna mediática que está esperando que pase el menor de los casos para denigrar rápidamente al consistorio de Carmena. 
Ese engendro que es la pepera Esperanza Aguirre, no pierde ocasión para tirarse a la yugular de Manuela, a la que acusa de lo que sea, con tal de tener algo de notoriedad en los medios.
Pero los personajillos del Partido Popular tienen que tirar de lo que les da votos. Y como con ETA tienen una mina para atemorizar al país, el PP ha visto en esta función, han visto, digo, el cielo abierto. Hay que decirle a este hatajo de gobernantes que padecemos, que nosotros no tenemos miedo a ETA. Que les tenemos miedo a ellos. Los mismos que nos han recortado nuestras tan ansiadas libertades.
Y vuelvo con los titiriteros. Su situación ha sido comentada en la prensa internacional. Como se puede comprobar el cachondeo por lo que sucede en España es unánime.
Y el zote de ministro del Interior que tenemos, dando saltos de alegría por habernos defendido, él, del mal. Fernández Díaz es un conocido meapilas que otorga medallas a toda virgen que encuentra.
Habría que recordarle al tal Fernández Díaz, el homenaje que se le hizo a la División Azul con cargo al erario público. Pero, claro, eso no es apología del fascismo y del nazismo.
Esto es Españistán.

martes, 9 de febrero de 2016

Los cenizos




Tengo por costumbre huir de las personas que me dan "malas vibraciones", las que me eliminan mi energía positiva, las que me hacen sentir mal cuando he acabado de escucharlas. A estas personas yo las llamo los cenizos.
Agradezco que cuando hablo con alguien, ese alguien me sonría, sea abierta, no me dé "la paliza". El cenizo es persistente, quiere que pienses como piensa él. Aunque él mismo sea un zote. Por eso huyo de ellos, los evito, intento escurrirme. Pero ahí están dándote la paliza. No viendo más allá de sus narices.
Tengo un amigo, cenizo, cenizo de verdad, de los que lo llevan en su ADN, que me tiene frito con sus comentarios por whatsapp. Y los días que lo veo en persona son las peores horas del día, con mucho. El cenizo habla y habla. No escucha lo que tú le dices, o más bien, tratas de decirle. Siempre tiene la razón. Y si no se la das, ya está armada. Entonces te mirará con malos ojos. Incluso te incluirá en su lista negra.
Con un poco de suerte me libraré de tan nefasto personaje. He podido comprobar que no soy yo solo el que le huye. Varios amigos y amigas me han confirmado que sienten lo mismo que yo.
Y como alguien tenía que decirlo, aquí lo dejo escrito. A ver si se da por aludido. Como último recurso también puedo bloquearlo en el whatsapp. Que no es mala idea.
Y mañana será otro día, queridos lectores y lectoras.

lunes, 8 de febrero de 2016

Pasando la noche

Después de haber cenado suelo ver un rato la tele. Suele ser la única hora que me fijo en dicho aparato. A no ser que emitan una película o un acto interesante. Soy más de leer y escribir. La televisión podría ser un medio formidable de inculcación de cultura, de hacernos pensar a través de la emisión de programas educativos. Sin embargo la realidad es muy diferente. Lo que prima en la mayoría de las cadenas televisivas es lo frívolo, lo chabacano, lo vulgar. Y estas cadenas se matan entre ellas por intentar programar la mayor televisión basura.
Cierto es que hay todavía televisiones que evitan estos programas que denigran el intelecto de los que se topen con ellos.
Recuerdo con nostalgia, en el siglo pasado, programas como "Cosmos" de Carl Sagan. Los de Félix Rodríguez de la Fuente, o también las series británicas, de las que me viene a la mente "Yo Claudio" del autor Robert Graves.
Pero ya que estamos recordando, bueno sería trasladar a nuestro tiempo ideas que nos hicieran retomar programas que a la vez que nos distrajeran nos hicieran pensar y adquirir mayores índices de cultura. Y, aunque difícil, ir terminando con programas hechos para tarados mentales. Televidentes a los que no les gusten pensar, sino que piensen por ellos.
Lector, lectora, si este post ha sido de tu agrado, vendría bien que dejaras tu opinión.
Y continúo escribiendo un artículo diario. Y con fruición. Con enorme fruición.

domingo, 7 de febrero de 2016

Prensa en fin de semana





La prensa escrita que nos llega los fines de semana, suele ser mucho más abundante en contenidos que el resto de los días. No sólo el periódico en sí mismo, sino que le añaden suplementos. Cosa que, por otra parte, es de agradecer. Sábados y domingos, como digo, aumentan el volumen de los periódicos. Ignoro si es para que nos quedemos más tiempo en casa leyendo. O, por el contrario, que como estamos más tiempo en casa también leemos más. Sea como fuere, benditas sean las informaciones, opiniones, esbozos, que nos llegan en formato papel. Siempre en papel, por favor.
Total, que entre el tiempo dedicado a la lectura de periódicos, más el añadido de escribir sobre lo que has leído se pasa el fin de semana en un tris. Pero terminas la semana con el orgullo de haber dedicado tu tiempo a algo enormemente positivo. Son los mejores ratos, sin duda alguna.
Sales de casa lo justo. Un breve paseo para volver a leer lo que habías dejado pendiente. Y también incluyo la tan siempre sana costumbre de acompañarme de mi querido diccionario de la RAE, por si surge algún vocablo que desconozco.
Si los ciudadanos comprendieran que deben estar informados, y que su opinión, la opinión de todos, cuenta, correrían a comprar periódicos a todo pasto. Yo en este caso no tengo problema. Estoy suscrito y me lo traen a mi domicilio. 
Y finalizo este post dando las gracias a la prensa escrita por seguir estando ahí, a pesar de los pesares.

sábado, 6 de febrero de 2016

Vagabundear





A pesar de los viajes que he realizado en toda mi vida, siempre volvía a casa, a mi morada. Estas travesías me servían para conocer nuevos parajes, nuevas gentes, otras costumbres, otros hábitos. Y precisamente por eso aprendí dónde quiero estar. Dónde me gusta residir. Sin abandonar mi natural curiosidad de viajero, creo que llega una edad, un tiempo, en el que debo y quiero echar raíces. Tener un lugar, un espacio del que poder decir: "esta es mi tierra". O, añadir también después de un largo viaje. "por fin regreso a mi casa".
Ahora estoy a gusto donde resido. Tengo las necesidades básicas cubiertas. Eso sí, sin lujos ni riquezas. Ni las quiero, ni las necesito. Es más, diría que no me hacen falta. Lo que realmente me hace falta es mi mujer, mis amigos y amigas. Poder ver anochecer y amanecer cada día. Leer y escribir siempre que quiera. Evitar las preocupaciones. Evitar los cenizos. Éstos, lo tengo comprobado, te quedan sin energía, sin la energía positiva que llevo siempre conmigo.
Ahora llega hasta mi búnker el olor a comida. Es la hora de la cena, y además estoy hambriento. Por lo que voy dejando este post.
Como habréis comprobado os dejo un vídeo de Serrat. Sé que a los que lo conocéis os encantará. A los que no, disfrutad de sus canciones. Merecen la pena.