jueves, 5 de mayo de 2016

Soy hispanoescribiente




Viendo los magros acontecimientos realizados por parte de nuestras autoridades en el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, quiero reivindicar desde este espacio la defensa del español (o del castellano, si así lo preferís) como vehículo de expresión y comunicación entre varios cientos de millones de personas que usamos esta lengua para comunicarnos. 
No hace falta confesarlo, salta a la vista, que disfruto escribiendo en español. Imagino que como le sucederá a quienes escriben y se han criado entre otras hablas, en otros idiomas. Además para aprender a hablar o escribir en otros idiomas, lo imprescindible es conocer primero el tuyo. Lo demás vendrá dado por añadidura.
Soy lector impenitente. Juzgad vosotros mismos, amables seguidores, cómo me expreso. Un texto escrito es una carta de presentación. En él se demuestra la cultura, el conocimiento, la imaginación, la perspicacia del que escribe. También hay que saber perdonar los pequeños errores que podamos cometer nosotros mismos como bien aconseja Álex Grijelmo.
Además de todo lo dicho, poseemos una Academia Española de la Lengua que vigila el exorbitante número de acepciones que se utilizan en nuestro idioma. Contando, cómo no, con el resto de las Academias (ASALE) que con su unión enriquecen aún más, si cabe, nuestro acervo cultural. 
Para escribir, para leer, o para pensar utilizo todos los días, y digo bien, todos los días del año, mi inseparable DRAE. Cuento además con la inestimable ayuda de la Fundéu que me saca de dudas o de tinieblas lingüísticas que no pueda localizar en otro lugar.
En fin, queridos lectores y lectoras, recojo los trastos y me lanzo a seguir leyendo al inimitable Juanjo Millás, al que tantos ratos de excelente lectura debo.

miércoles, 2 de marzo de 2016

De médicos





La semana pasada tuve que hacer una visita al médico porque me encontraba fatal. Catarroso, griposo, o algo parecido. El caso es que me preparé a tal efecto. Llegué a la hora estipulada. Pero como muy bien sabéis, seguro que lo sabéis, los médicos siempre te hacen esperar un poco dado que cada paciente es un mundo. Hay pacientes que con cinco minutos de revisión tienen de sobra y otros a los que hay que mirar con lupa, ya que sus síntomas son más sospechosos. Tengo que decir que no suelo acudir mucho a las consultas sanitarias. Únicamente cuando me encuentro mal, mal. Conozco a personas que, por el contrario, a la mínima señal de molestia o de malestar en seguida recurren al médico más próximo. Y como este mundo de batas y fonendos no me es desconocido, también tengo que añadir que lo que peor llevan los médicos son las famosas "guardias". Eso de que te toque una noche, por poner un ejemplo, estar a la espera de que alguien te llame porque repentinamente se encuentra mal, suele ser algo penoso. Pero igual que digo en ésta, lo digo de cualquier profesión. Estar, por lo general, toda la noche en vela te corta el día, te cambia los horarios, te  modifica el sueño. Estoy hablando de los que trabajan de día y de cuando en cuando les toca hacerlo por la noche. Otra cosa es el que tiene un trabajo nocturno, ya más habituado a estos horarios.
Y recuperado ya de mis dolencias, retomo mi vida activa con más energía. Ya sabemos que la salud cuando se deteriora, aunque sea ligeramente, es un engorro. Algo fastidioso. Eso de guardar cama me molesta. Prefiero la actividad.
En fin, queridos lectores, que os deseo salud para todos. Así sea.

martes, 23 de febrero de 2016

Por una enseñanza pública



La enseñanza, y por extensión la educación, en nuestro país ha estado controlada ferreamente por el clero. El clero católico lógicamente. Desde que el dictador Franco puso la educación de los estudiantes en manos de los frailes, éstos lo tomaron como si de su cortijo se tratase. Llegó la "democracia" y creíamos que la enseñanza pasaría a ser eminentemente pública y que la enseñanza privada, la del clero, fuera para el que la quisiera. Y para los que quisieran o pudieran pagarla. Sin embargo, ¿qué ocurrió?, que los sucesivos gobernantes continuaron aportando millones y millones, entonces de pesetas y ahora de euros, a la enseñanza privada en detrimento de la pública. No solo se les entregaba dinero sino también terrenos, edificios, locales. Vamos, que iban de sobra servidos. Ni con gobiernos de la derecha, ni con gobiernos de la izquierda, éstos fueron los que más dinero apoquinaban a las arcas eclesiales, con ninguno, decía, se paró la sangría de fondos públicos a los bolsillos privados. El grupo más beneficiado, secta sería mejor denominarla, fue, es, el Opus Dei. Hábiles, donde los haya, en colocar a sus acólitos en los puestos o en las proximidades del poder han conseguido forrarse literalmente durante decenas y decenas de años. Uno de los casos más indignantes fue el del que fuera ministro de Educación del PP, Wert. Este sujeto, después de concederle a la Iglesia católica y más exactamente a los opudeístas, todo lo que se podía concederles y más, mucho más, llegando incluso a imponer las materias de estudio válidas y no válidas, según fuera su antojo, este tal Wert ahora vive en un retiro dorado donde no sabemos muy bien a qué se dedica. Pero vivir, vive como un rajá. Que me quiten lo "bailao", se dirá a sí mismo.
Para que este saqueo constante de las arcas del Estado a las entidades privadas se detenga en seco, alcemos las voces para clamar, en este caso, por una enseñanza pública y de calidad.
Entre todos, si nos ponemos a ello, lo conseguiremos. 


domingo, 14 de febrero de 2016

De bares


Los bares son esos sitios a los que solemos asistir a menudo. Cada uno tiene sus preferencias. Hay para todos los gustos. Los hay que no hay dios que se entere de lo que se habla debido al alto volumen de la música. Otros en los que predomina la intimidad. Yo, personalmente, prefiero los que tengan un ambiente agradable. Que la decoración y los clientes me agraden. Además que el camarero me conozca y sepa mis gustos. Ya digo que esto depende de las tendencias de cada uno. Aparte de la buena conversación me decanto por los que tengan la prensa del día. Eso es muy importante. Y ya, de paso, que haya cobertura para el móvil. Aquí, mientras esto escribo, no puedo dejar de esbozar una sonrisa de complicidad con los que están leyendo este artículo. Seguro que asienten afirmativamente.
Por lo general hay, según mi experiencia, dos tipos de bares. A los que se asiste por la mañana y a los que se asiste por la noche. Esto es importante porque seguro que la clientela es diferente según la hora. Luego está el bar que está al lado o cerca de tu casa. Estos suelen ser de los que uno puede visitarlos en cualquier hora del día.
En fin, que todos tenemos nuestras vivencias, y según éstas, escogemos dónde queremos ir. Y aquí paz y después gloria.



viernes, 12 de febrero de 2016

Viernes lluvioso



Hoy viernes ha llovido. Y además hemos tenido que aguantar el frío y el viento. Por eso lo mejor es refugiarse en casa, en la de uno o la de algún amigo o amiga. Sí, es cierto, hay ciertas cosas que no queda más remedio que hacerlas. Alguna compra, algún encargo, salir al obligado paseo. Ya sabéis a lo que me refiero.
Tengo que confesar que me siento con mucha fuerza. Tanto física como mental. Por lo cual, en ese aspecto, no tengo queja.
Además tengo unos compañeros y unas compañeras que me apoyan, que me valoran y que confían en mí. En eso sí que he tenido suerte, mucha suerte. Están en los cuatro costados del país pero me hacen llegar su ánimo, su complicidad y su inestimable solidaridad. No todos pueden decir lo mismo. Hago balance de quién merece la pena y quién no. Y como por sus hechos los conoceréis tienen todo mi apoyo y estima. Si necesitan algo saben dónde encontrarme.
Y en estas reflexiones voy pasando el tiempo. Tiempo bien aprovechado, todo hay que decirlo. Sigo con una media de un post al día. Generalmente dos, ya que escribo también en otro blog que tengo. Pero me anima la vida el escribir. Es decir, miel sobre hojuelas.
Y mañana, sábado. ¿Será tan fructífero como lo ha sido este viernes?
Veremos.

jueves, 11 de febrero de 2016

Saboreando la vida




A estas horas de la noche hago memoria de cómo me ha ido el día. No ha estado mal, creo que nada mal. Claro que es una sensación subjetiva. Depende de lo que cada uno entienda lo que es pasarlo bien o mal. Pero yo me entiendo. He vivido, he sentido que la vida y yo hemos ido de la mano. Por lo tanto no han sido unas horas perdidas, un día perdido. Al contrario, estoy satisfecho conmigo mismo. Es más, estoy en paz conmigo mismo.
¿Se le puede pedir más a la vida? Yo diría que no. Rotundamente no.
Lo que sí que he aprehendido es que el estado de felicidad no dura siempre. Mañana, ¿qué me deparará el día? A todo esto, mañana es viernes. Y creo sinceramente que los días malos si son viernes, son menos malos. Eso lo tengo comprobado.
Además hoy me he llegado hasta la biblioteca pública donde resido ahora. Atendido por una joven y atenta bibliotecaria.
He paseado saludando a las personas que conozco. Y también a algunas a las que no conozco. Siempre tengo a alguien con quien hablar o intercambiar unas palabras, por lo general amables.
El sueño, a estas horas comienza a rondarme. Todavía permaneceré unas horas de vigilia. Tengo que rematar este magnífico día. Que no me lo amargue nadie a última hora. Que con estas cosas nunca se sabe.
En fin, queridos lectores y lectoras, aquí os dejo este escrito para que paséis un rato agradable. Esa era, al menos, mi intención.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Titiriteros, libertad de expresión



Hoy miércoles, tras cinco días de permanecer en prisión, por fin han salido en libertad los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo. Ya sabemos que a las "buenas gentes" de la derechona todo lo que sea popular lo desprecian. Como si lo aborrecieran. Que de hecho lo aborrecen.
Al  ayuntamiento de Madrid, presidido por Manuela Carmena, le pareció bien animar a los ciudadanos de la villa con un acto lúdico. Pero hete aquí que la caverna mediática que está esperando que pase el menor de los casos para denigrar rápidamente al consistorio de Carmena. 
Ese engendro que es la pepera Esperanza Aguirre, no pierde ocasión para tirarse a la yugular de Manuela, a la que acusa de lo que sea, con tal de tener algo de notoriedad en los medios.
Pero los personajillos del Partido Popular tienen que tirar de lo que les da votos. Y como con ETA tienen una mina para atemorizar al país, el PP ha visto en esta función, han visto, digo, el cielo abierto. Hay que decirle a este hatajo de gobernantes que padecemos, que nosotros no tenemos miedo a ETA. Que les tenemos miedo a ellos. Los mismos que nos han recortado nuestras tan ansiadas libertades.
Y vuelvo con los titiriteros. Su situación ha sido comentada en la prensa internacional. Como se puede comprobar el cachondeo por lo que sucede en España es unánime.
Y el zote de ministro del Interior que tenemos, dando saltos de alegría por habernos defendido, él, del mal. Fernández Díaz es un conocido meapilas que otorga medallas a toda virgen que encuentra.
Habría que recordarle al tal Fernández Díaz, el homenaje que se le hizo a la División Azul con cargo al erario público. Pero, claro, eso no es apología del fascismo y del nazismo.
Esto es Españistán.