Esta es la última semana del año. Ojalá que termine tranquila, después del año tan movido que hemos padecido (toma pareado). Ya queda poca leña por arder en estos pocos días. Y aunque nos digan que todavía el año que está presto a comenzar va a ser malo, acojámoslo con optimismo. Será en parte también cómo lo encaremos. Yo, de momento, he hecho muchos amigos/as en este año que se acaba, por lo que por ese lado no puedo tener queja. Me he reencontrado también con viejas amistades y me alegro por ello. Muchas veces son los amigos/as quienes dan sentido a nuestras vidas. Yo por ese lado no tengo queja. Y los que se alejaron de mí, mejor. Eso era que no fueron buenos amigos, y por tanto, que cada uno elija su camino.
En cuanto a la salud el año comenzó mal pero ahora que está a punto de fenecer me ha tratado bien. Es como si me quisiera dejar un buen recuerdo después de los sinsabores que he tenido que aguantar.
Espero, amigos y lectores, que me sigáis leyendo, y preguntando, cuando tardo en publicar, que cuándo vuelvo a escribir. Es el mejor regalo que me podéis hacer.
Que el año que viene nos sea a todos/as propicio.
Salud y República!!!