sábado, 26 de diciembre de 2015

Saludos al 2016

Un día más de este 2015 que está finiquitando. Sábado. Fin de semana por tanto. Parece que el personal anda un poco desorientado. Un finde para hacerlo todo. O, paradójicamente, para no hacer nada. Esta noche consultaré con la almohada para cerciorarme de que hice lo correcto. De momento subsisto, que no es poco. He leído a mi maestro Juanjo Millás y me siento mejor. Mucho mejor. Leer y escribir me relajan. Lo he hecho desde siempre. Cuando aprendí a pergeñar mis primeros palotes. Más tarde con el aprendizaje del abecedario. Con la visión y comprensión de lo que iba leyendo. Por lo tanto la lectura y la escritura son algo consustanciales a mí.
Hoy, sin embargo, necesito realizar un mínimo de higiene mental. Dejaré la política a un lado (si ello es posible). Pero que no se distorsionen mis palabras. En cuanto comience el 2016, que está al lado de la esquina, regresaré con mayor ímpetu.
Empero continuaré con lo que había principiado. Esto es, que el año se acaba, se termina, concluye... Vamos, que la palma.
Podría hacer aquí una exposición prolija de cómo ha ido, pero creo que para este menester están mejor los mass media. Yo me atengo a mis vivencias y el que quiera preguntarme algo que lo haga.
Un hecho oportuno que tiene cambiar de año es que matas dos pájaros de un tiro. Liquidas lo viejo, lo que no sirve ya, y estrenas otras horas, días, semanas, meses, totalmente en blanco pero que forman parte de un todo.
Creo que todos tenemos unos propósitos para el año que comienza. Os advierto que el 2016 es bisiesto. Es decir, dos veces sexto. Cosas de la Historia y del devenir de los hombres y de la humanidad.
En fin, queridos lectores y lectoras, si no nos vemos o no nos leemos durante estos días ya lo haremos en un futuro no muy remoto. Así lo espero.

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