Aquí estamos, cumpliendo un año más. Ya paso la cincuentena y lo hago con muchas ganas de vivir. Bien es verdad que creo que a los cincuenta pasé la crisis de los cuarenta, pero por algo ahora se vive más años. Personalmente prefiero la sabiduría de los cincuenta a los locos y alegres años de la adolescencia. Todo ésto claro está siempre que haya salud. Esto lo considero fundamental para pasar una vida sana y saludable.
Hoy sin ir más lejos tengo un montón de cosas que hacer. Y lo hago con alegría y buen humor. Me he levantado como casi todos los días, a las tres de la madrugada. En esta hora se ven las cosas más claras. Claro que siempre hay cosas que te amargan el día. Ahora estoy viendo las noticias y estoy observando al Rajoy y eso, amigos míos, sí que te amarga. Pero solo el momento en que lo ves. Con mis cincuenta y un años se toman las cosas como deben ser tomadas y tipejos como Rajoy debería dedicarse a meditar más y dejar un poco de lado el ansia que tiene por llegar a la Moncloa como sea. Ojalá que esto último no lo vean mis ojos.
Pero no quiero alejarme del tema. Desde aquí digo, como se cantaba en los setenta; "Viva la vida y arriba el amor". Y en ello estamos. A mi edad, y manteniéndome activo mentalmente. Terminé un curso de informática, volví a la universidad. Ahora también doy clases de matemáticas. En fin que como veréis no me quedo quieto. No quiero quedarme quieto. Me quedan tanta cosas por hacer.
Ahora sigo con mis quehaceres, cosa que hago con sumo placer. Desde aquí os invito a ser felices. La vida vale la pena ser vivida.
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