Mostrando entradas con la etiqueta sábado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sábado. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de enero de 2021

Qué sábado el de este enero




Segundo sábado, ayer mismo, de este mes de enero del recién comenzado año. Se conoce que tenía ganas de hacerse notar. Ayer nos deleitó con una nevada de esas que no recuerdan ni los más viejos del lugar. No sé si incluirme en este índice de edad o no. Ya se sabe, para los críos uno es un viejo y para los viejos soy un crío. Me quedo, pues, con la duda existencial (y nunca mejor dicho). Como iba diciendo, ayer una borrasca más conocida por "Filomena", nos atizó de lleno. Barrios, calles, parques, automóviles y todo lo que pilló a su alcance fueron decorados con una hermosa capa de impoluta nieve blanca. Como es de cajón, los más pequeños fueron los que más disfrutaron con este fenómeno meteorológico. Ignoro si esto ha resultado ser un primer aviso de lo que nos queda de invierno, o bien resultará ser algo pasajero. De lo que estoy bien seguro es de que después de la nieve llega la helada, el temible hielo. Y eso es ya harina de otro costal.

Por mi parte me recluyo en mi búnker, ya que tengo tarea atrasada y no quiero perder tiempo. Entre unas cosas y otras consigo dejar la faena finalizada y con cum laude. Tal vez un poco de descanso supletorio me hubiera venido de perlas, pero no quiero ni pensar en ello. Las fuerzas que tengo ahora, pocas o muchas, son las que tengo y las acepto sin rechistar. Ya llegará la noche con el consabido cansancio y mejor sueño reparador. Y mientras tanto estoy a lo que estoy.

Y quedo en paz conmigo mismo. Me siento orgulloso de lo que llevo realizado a lo largo de este domingo. Aún más, de lo que me queda por hacer. Si hago lo que hago y además me complace lo que hago, miel sobre hojuelas. Y mañana mismo comienzo de semana. Espero seguir contándolo.


sábado, 2 de enero de 2021

Primer fin de semana del 2021


 

Primer sábado de este 2021. Por lo tanto, primer finde también. Y yo aquí estoy, contándolo, por si no os habíais enterado. Hoy no salgo de casa. Hace frío, un frío glacial. Además me propuse terminar el año anterior y comenzar este nuevo con lo que más me apasiona, escribir (aparte de mis numerosas lecturas, por supuesto). Y escribir en mi blog me roba tiempo para otros escritos, para otros espacios. No obstante, lo tomo por bien servido, por bien pagado. No todo ha  de ser acumular y acumular folios y cuadernos para futuros proyectos anhelados y codiciados. Tiene que entrar aire fresco, joven y renovado en mi búnker. Mis otros escritos verán la luz a su debido tiempo, cuando les corresponda. O tal vez queden guardados y ocultos sin que nadie pueda reparar en ellos. Esto último solo es una suposición. Mis escritos brotarán cuando tengan que brotar. 


A mi edad, una cierta edad, me siento tan lozano y vigoroso como si estuviera en mi pasada juventud. Con una ventaja añadida: la experiencia. La experiencia en la vida es como encontrar agua cantarina en  tierra de secano (hala, ahí lo dejo, para la posteridad). La actividad creadora es lo que tiene, vas concibiendo ideas y pensamientos que no se generan porque sí. Sino que son fruto de muchos años de escritos, lecturas, vivencias y otros avatares de la vida. Y cada uno vive su vida como quiere, o como buenamente puede, que todo hay que decirlo.


Ahora me esperan unos pasatiempos o rompecabezas para desconectar mi imaginación e intentar descubrir nuevos retos y horizontes para mi cerebro, que sé muy bien que lo agradecerá. Y punto. Mañana, más. Aquí, claro está, si no me surge ningún imprevisto. Y ustedes/vosotros, a pasarlo bien.