Mostrando entradas con la etiqueta creación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creación. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de abril de 2021

Escribir es revivir


 

Hay momentos en que busca uno la respuesta de que por qué escribe. O bien porque se lo preguntan los demás. Cada cual tendrá sus motivos, sus preferencias, sus manías. Sea cual fuere el motivo, hay uno en común. Escribimos para expresarnos. En estos casos mediante la palabra escrita, claro está. Lo que venga -convenga- después ya es un asunto estrictamente personal. Viene esto a colación, ya que el otro día leí en la prensa a un autor, manifestar que durante esta pandemia que nos azota no había escrito nada dado que él escribía para publicar. ¡Rediós! -Pensé yo para mis adentros-. Es decir, que si no publica no escribe. Harto distante ando yo de tal finalidad. En mi caso escribo porque es una necesidad vital. Siempre lo ha sido durante toda mi vida. Me alegra y me alegro por ello. No necesito ningún imperativo para tomar pluma y folio e ir desgranando letras, palabras y oraciones. Luego realizo un examen visual a lo que buena o malamente he creado y lo doy por bien realizado, o corrijo lo ya escrito, que también es otra muy buena opción. Es por ello que ahora mismo me encuentro frente a mi ordenador, después de haber tomado unos breves apuntes a mano en un folio. Y formados los cimientos de este escrito paso a lo que será la estructura del  artículo. Quiero que quede claro que mi blog no es el único lugar donde escribo. Es un medio más de los que dispongo para manifestarme. Pero bien es cierto que mi media hora manuscribiendo diariamente nadie me la quita.

He de confesar también que tengo una edad en la que si no leo y escribo por lo menos dos horas al día, doy por perdido dicho día. De ahí mi insaciable aprovechamiento de segundos, minutos y horas. Todas ellas las considero como bienes insustituibles, el tren que nunca vuelves a coger. Y ya no está uno para perder trenes. Y cuando vaya declinando la tarde y tome su puesto la noche elegiré un par de libros con cuya lectura daré por rematado el día.

Si has llegado hasta aquí, estimado lector, estimada lectora, habrás comprendido plenamente el título de este artículo: "Escribir es revivir".

martes, 5 de enero de 2021

De los placeres de la escritura








A comienzos de este 2021, hace dos días como quien dice, me propuse escribir más -y a fe mía que lo estoy consiguiendo-. Ahora que esto escribo maldigo a estos teclados tan modernos que han ignorado el signo ortográfico de la raya, cuyo tamaño viene a ser el doble que el del guion. Las arcaicas máquinas de escribir sí que lo integraban. Pero ya digo, estos artilugios ultramodernos nos privan de escribir como  siempre lo habíamos hecho. Yo quiero, exijo, que no se elimine un signo que determina en buena medida el tacto y el gusto erudito de quien los utiliza. Aprovecho la ocasión para ensartar aquí una petición. Si alguien conoce un teclado de ordenador que contenga el signo de la raya haga el favor, el inmenso favor, de comunicármelo. Le estaré enormemente agradecido. Como ya tengo dicho por ahí, suelo escribir con pluma estilográfica. Pero de este modo y manera mis escritos quedan únicamente para mí. Mientras que si lo transcribo a formato telemático y lo publico, estos escritos cruzan fronteras y países, llegando a no sé bien dónde. Pero llegar, llegan.


Me hacen gracia los famosuelos, y aquí caben personajes de todo pelaje y condición, que de la noche a la mañana sacan a la luz un libro y juran y perjuran que lo han escrito ellos. Cuando sus expresiones y sus gestos denotan a  personas pedestres que no distinguirían a Cervantes de un vulgar gacetillero. Pero así está nuestro mundo cultural. Yo continúo todos los días tratando no solo de saber más, sino de ignorar menos. Aunque bien sé que hay quien elige una de las dos opciones. Aquí yo tomo una postura ecléctica y me quedo con ambas aserciones.

En fin, desocupado lector, desocupada lectora, ya que habéis llegado hasta aquí me honráis con vuestra presencia. Podía decir que yo descanso, sin embargo, solo puedo añadir que me encuentro sumamente satisfecho de haber puesto mis pensamientos por escrito. Que es a fin de cuentas lo que me apasiona. 


sábado, 2 de enero de 2021

Primer fin de semana del 2021


 

Primer sábado de este 2021. Por lo tanto, primer finde también. Y yo aquí estoy, contándolo, por si no os habíais enterado. Hoy no salgo de casa. Hace frío, un frío glacial. Además me propuse terminar el año anterior y comenzar este nuevo con lo que más me apasiona, escribir (aparte de mis numerosas lecturas, por supuesto). Y escribir en mi blog me roba tiempo para otros escritos, para otros espacios. No obstante, lo tomo por bien servido, por bien pagado. No todo ha  de ser acumular y acumular folios y cuadernos para futuros proyectos anhelados y codiciados. Tiene que entrar aire fresco, joven y renovado en mi búnker. Mis otros escritos verán la luz a su debido tiempo, cuando les corresponda. O tal vez queden guardados y ocultos sin que nadie pueda reparar en ellos. Esto último solo es una suposición. Mis escritos brotarán cuando tengan que brotar. 


A mi edad, una cierta edad, me siento tan lozano y vigoroso como si estuviera en mi pasada juventud. Con una ventaja añadida: la experiencia. La experiencia en la vida es como encontrar agua cantarina en  tierra de secano (hala, ahí lo dejo, para la posteridad). La actividad creadora es lo que tiene, vas concibiendo ideas y pensamientos que no se generan porque sí. Sino que son fruto de muchos años de escritos, lecturas, vivencias y otros avatares de la vida. Y cada uno vive su vida como quiere, o como buenamente puede, que todo hay que decirlo.


Ahora me esperan unos pasatiempos o rompecabezas para desconectar mi imaginación e intentar descubrir nuevos retos y horizontes para mi cerebro, que sé muy bien que lo agradecerá. Y punto. Mañana, más. Aquí, claro está, si no me surge ningún imprevisto. Y ustedes/vosotros, a pasarlo bien.