jueves, 6 de enero de 2011

AQUÍ SÍ QUE ESTUVIERON LOS DE ORIENTE



No sé si los reyes magos visitaron todas las casas, pero otras personas mucho más poderosas que los tales reyes nos han visitado a nosotros. Llegaron a nuestro país liderados por el viceprimer ministro chino Li Kequiang. Antes de venir ya anunciaron que China seguirá comprando deuda pública de España, lo que significa un respaldo enorme para nuestra economía. Sobre todo de cara al exterior.
Como era de esperar todo bicho viviente ha querido hacerse una foto con tan importante dirigente. Además de miembros del Gobierno, del rey, por supuesto, de empresarios...... Al que no vi fue al inefable Rajoy. Seguro que se quedó con las ganas de explicarle a Li su programa económico para salir de esta crisis. Hubiera estado gracioso que el dirigente pepero le diera sus explicaciones y no se las diera al BCE por ejemplo para que todos los países que sufren una mala racha económica se queden sin saber la receta mágica de los dirigentes de la derecha española. Pero a lo que íbamos la balanza comercial con respecto a China ha mejorado mucho pero sigue siendo favorable a China ya que le compramos mucho más de lo que nos compran. De momento a ellos les interesan entre otras cosas el jamón, el aceite o el vino por poner unos ejemplos. Y se habla de unos 5.650 millones de euros. Cifras que marean y que dan por hecho que China apuesta por nuestro país. Eso son amigos y no los de boquilla que por lo bajo no daban un duro por nosotros.
Ahora habría que cambiar la canción y cantar; "Amigos chinos os recibimos con alegría..."

1 comentario:

  1. Los Reyes egregios no dieron puntada sin hilo.
    Cayeron de pronto

    espadas candentes
    de luz y de fuego.


    Tres magos, tres pajes
    montan el cortejo.
    Los pajes, los burros,
    y los tres camellos.



    Melchor jubiloso,
    Gaspar altanero
    y cerrando el séquito
    solo Baltasar

    de negros y luces,
    de mirra e incienso,
    traía los dones
    en cofre, cansado
    por tan grande peso.
    Gaspar y Melchor
    vigilan con mimo
    el real cargamento.
    ¿Para quién las perlas,
    para quién incienso,
    quién recibirá
    la mirra olorosa
    venida de oriente
    tan cerca, y tan lejos...?


    Rieron los niños,
    lloraron los padres
    y sonrió el gobierno.

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